CHICOS/AS DE 6° 1RO.
A CONTINUACIÓN LES DEJO UN ARCHIVO DE LA PROFE PAOLA GABITO SOBRE EL VEROSÍMIL.
RECUERDEN QUE TIENEN MATERIAL TEÓRICO Y ACTIVIDADES PARA RESOLVER.
¡¡¡QUÉ LO DISFRUTEN!!!!
PROFE ESTEFANÍA
El verosímil o como se disfraza la literatura
Como decíamos antes, la literatura presenta una realidad posible. Para esto, se disfraza de distintas cosas, presenta un “como si” donde el lector no es engañado, porque de antemano sabe que participa de un juego. De hecho, reconoce que lo que lee no es real, sino que simula ser real, es decir, que se trata de una invención.
Para jugar el juego de la ficción, es necesario respetar ciertas reglas. Una de esas reglas es volver creíbles los hechos por más irreales que éstos sean. Como dice el escritor italiano Gianni Rodari, “al personaje de madera se lo debe tener apartado del fuego porque se puede quemar los pies, flota fácilmente en el agua; sus golpes son secos como bastones; si se lo ahorca no se muere; los peces no se pueden comer”. En otras palabras, para inventar historias, es necesario respetar las reglas de lo creíble.
El verosímil es, entonces, la manera en la que se nos presenta el mundo ficcional creado. Cuando hablamos de verosímiles, nos referimos a cómo cada texto literario muestra esa realidad ficcional. Por ejemplo, si tomamos un suceso cualquiera, no es lo mismo como lo va a narrar una persona miedosa que una persona temeraria; no es igual como se puede referir un texto ficcional al origen del hombre desde la mirada de un religioso que desde la mirada de un científico. Es decir, la forma de mostrar el hecho va a ser diferente; cada uno presentará un verosímil distinto, cada uno buscará un modo particular de mostrarlo.
En la literatura, siempre hay una relación con el mundo de lo real, aunque pueda parecer que no es así. La literatura nos cuenta historias que hacen referencia a lo fantástico, a lo maravilloso, al futuro, pero que, de cualquier manera, remiten a elementos que reconocemos como pertenecientes a la realidad, ya que en esta también tienen cabida la fantasía y lo imaginario.
La ficción apela a una serie de saberes que forman parte de ese universo. En efecto, en los textos literarios, es posible encontrar múltiples discursos científicos y no científicos que dan cuenta de tales saberes. De alguna manera, todas las ciencias están presentes en la literatura, como una gran enciclopedia que les otorga un lugar privilegiado a las ideas que circulan en un momento determinado en una sociedad dada. Así, los textos literarios establecen un diálogo con una época específica.
Observen el siguiente ejemplo:
Soy un campesino que escribe un Diccionario.
El general Bartolomé Mitre, que pretendió traducir, me dicen, a un poeta blasfemo, declaró que yo fui el representante de los grandes hacendados y jefe militar de los campesinos.
¿Dónde vio campesinos, el general Mitre, en el país que supo darnos España?
Aquí, sí, soy un campesino que toma mate, sentado junto al brasero, que tiene frío, el campesino, sentado junto al brasero.
Soy un campesino, aquí, en el condado de Swanthling, reino de la Gran Bretaña, a dos leguas escasas de Southampton, y a muchas leguas de las que uno puede imaginar de mis pagos de Montes, la tierra de mis padres, y de los padres de mis padres.
Y si pronuncio mi nombre por estos campos de la desgracia, ¿quién sabrá decir: ahí va un hombre cuyo poder fue más absoluto que el del autócrata ruso, y que el de cualquier gobernante en la tierra?
Soy Juan Manuel de Rosas. (…)
Andrés Rivera, El farmer.
En este texto, la literatura dialoga con el discurso histórico. Es decir, el saber de la historia se hace presente en la ficción: el narrador protagonista es Juan Manuel de Rosas, exiliado en Inglaterra. En su monólogo, irán apareciendo distintos personajes de la historia argentina. El escritor argentino contemporáneo Andrés Rivera construye una ficción donde el Restaurador recuerda su pasado de triunfo y sufre en el presente del exilio; su relato está entrelazado con los saberes históricos acerca de nuestro país. En este texto, la literatura le da lugar al discurso histórico.
Actividad:
- 1. Producir un texto ficcional imitando esta técnica de narración. Luego subir el escrito al blog del curso.
Veamos otro ejemplo:
El Zartog Sofr-Ai-Sr- es decir, “el doctor, tercer representante masculino de la centésima primera generación del linaje de los Sofr”- caminaba lentamente por la calle principal de Basidra, capital de Hars-Iten-Schu, también llamado el “Imperio de los Cuatro Mares”. En efecto, cuatro mares, el Tubélone o septentrional, el Ebone o austral, el Spone u oriental, y el Mérone u occidental, limitaban esta enorme región, de forma muy irregular, cuyos puntos extremos (contando según las medidas que el lector reconoce) llegaban al cuarto grado de longitud Este y el grado cincuenta y cinco Sur de latitud. En cuanto a la extensión respectiva de estos mares, ¿Cómo calcularla, aunque solo fuese de modo aproximado, si se entremezclaban todos, y un navegante que partiera de cualquiera de sus costas y avanzara siempre, llegaría necesariamente a la costa diametralmente opuesta? Porque en toda la superficie del globo no había otra tierra que la de Hars-Iten.Schu.
Sofr caminaba con pasos lentos, en primer lugar porque hacía mucho calor: comenzaba la estación ardiente, y sobre Basidra, ubicada a la orilla del Spone-Schu, o mar oriental, a menos de veinte grados al norte del Ecuador, una terrible catarata de rayos caía del sol, cercano al cenit en ese momento. (…)
Julio Verne, “El eterno Adan”
Aquí la literatura dialoga con el saber de la geografía y construye una geografía imaginaria para situar la historia narrada en un espacio ficcional que simula ser real. Es decir, se dibuja un territorio imaginario con nombres propios y características particulares, diferente de otros.
Actividad:
2- Producir un texto ficcional imitando esta técnica de narración.
Las actividades pueden realizarse en duplas, y al momento de subir las producciones añadir los nombres de los integrantes. La fecha de entrega se consensuará en clases. |